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Discusión
la calidad de vida de las poblaciones. En España, los datos epidemiológicos avalan esta hipótesis. En el grupo de españoles mayores de 65 años, la media de dientes ausentes se eleva a 12 (sobre máximo de 28 al excluir los terceros molares), y otros 2 dientes se encuentran afectados por la caries sin recibir el oportuno tratamiento. Uno de cada 2 mayores tiene caries activa y solamente el 40% tiene al menos 20 dientes funcionales en boca (cantidad mínima exigida para una correcta función masticatoria). Asimismo, el análisis de las necesidades objetivas de tratamiento dental muestra que son muy ele- vadas en los mayores: el 24% requiere de al menos una exodoncia y otro 25% de restauración dental compleja. A todo ello contribuye fuertemente el gradiente social de tal forma que estas necesidades son más elevadas en los estratos sociales menos favorecidos. Las enfermedades periodontales son igualmente muy prevalentes entre los adultos mayores: 1 de cada 3 mayores presenta una pérdida de inserción considerada alta (más de 6 mm de pérdida). Es obvio que esta situación deteriorada de la salud oral, fundamentalmente entre nuestros mayores, debe tener un impacto relevante sobre la calidad de vida oral, independientemente de que sea o no percibida por el encuestado. Nuevamente, la adaptación y resignación a un determinado estado de salud oral, es fruto en gran parte del nivel educativo dental de las poblaciones, así como del propio modelo asistencial público (fundamental- mente extraccionista) y los mayores pueden terminar viendo como normal o inevitable, llegar a unas edades con un estado de salud bucodental muy deteriorado.
5. EN RELACIÓN A LA POBLACIÓN INFANTIL
El 72% de los padres españoles encuestados afirman que sus hijos realizan un cepillado dental dos veces o más al día (68% en 2010 y 70% en 2015). Estas cifras son concordantes con las encontradas en los estudios epidemiológicos realizados en nuestro país a nivel nacional. Los últimos datos del INE publicados en 2017 disgregan este dato por grupos de edad y muestra que para la población infantil de 3-5 años, solo el 53% de los padres reconocen que sus hijos se cepillan al menos 2 veces al día elevándose al 71% para el grupo de 5-14 años, cifra superponible a la hallada en el presente estudio. En cuanto al tipo de cepillo utilizado, el 56% de los padres afirman que siguen usando el cepillo ma- nual (en exclusiva o a veces combinado con el eléctrico). En el anterior estudio esta cifra era del 67% por lo que se vislumbra un claro aumento del uso del cepillo eléctrico, también en población infantil (en 2015 lo usaban en exclusiva el 25% de los menores y ahora ha ascendido al 35%). Los cepillos infantiles son esencialmente adquiridos en grandes superficies (3 de cada 4 lo son). Solo 6 de cada 10 padres afirma haber recibido información sobre el uso del cepillo, aunque este dato debemos de contextualizarlo al tener en cuenta, como veremos posteriormente, que muchos padres no acuden con su hijo al dentista (y difícilmente pueden recibir las indicaciones oportunas). Prueba de ello es que, de los que sí han acudido, el 85% reconoce que se les ha explicado lo relativo a tipo de cepillo y técnicas de cepillado. El 29% de los padres afirman no haber llevado aún a su hijo/a al dentista. Esta cifra era del 18% en 2015 por lo que es preocupante constatar que, después del periodo transcurrido, no solo no ha disminuido la no asistencia dental en menores, sino que ha aumentado. A pesar de todas las recomendaciones internacionales y de las Sociedades de Odontopediatria de todo el Mundo, en las que se recuerda la conveniencia de llevar al menor a una primera revisión dental, como mucho a los
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