Los objetivos principales de la técnica de revascularización son la eliminación de los síntomas y la evidencia de curación ósea. Los objetivos secundarios incluyen el aumento de longitud y/o del grosor de la raíz. Un objetivo terciario, que si se consigue indicaría un elevado nivel de éxito del tratamiento, sería una respuesta positiva al test de sensibilidad pulpar.