El Informe Técnico sobre la Demografía de los dentistas en España 2021, que acaba de presentar el Consejo General, es un excelente análisis de nuestra profesión, porque de una manera gráfica y visual nos recuerda nuestras proyecciones y oportunidades de futuro, señalando, al mismo tiempo, nuestras ya clásicas y recalcitrantes limitaciones. El centro de todas las angustias lo sitúa el informe en la plétora profesional, que en las profesiones sanitarias propicia el del ya conocido ratio dentista/habitante que, como los trasnochados estudios del coeficiente de inteligencia de nuestra juventud, no siempre se aproximaron a la realidad ni fueron la base del éxito de algunos individuos.
Esta proporción adecuada entre dentistas y ciudadanos en nuestro país, mejorará su repercusión profesional en los próximos años, a medida que se incremente la cultura dental de la po- blación, se estabilice la situación socioeconómica, se incorporen nuevos tratamientos y tecnologías a nuestra oferta terapéutica y se multipliquen las posibilidades de financiación en nuestras consultas.
Mientras tanto, debemos seguir confiando en la diferencia existente entre la cualificación y el nivel real de cualificación, que es un elemento decisivo que decide el reconocimiento y el prestigio de un determinado profesional, ya que hoy nadie puede ignorar que no todos los profesionales tienen la misma actitud frente al progreso, ni comparten la misma pasión por la tecnología y el respeto a su profesión.
Solo una clara apuesta por la excelencia clínica, la formación continuada y la innovación tecnológica permitirán al profesional adelantarse a los acontecimientos y a las exigencias de una sociedad que valora, cada vez más, la fiabilidad, los resultados y la confianza.
Este último informe profesional del Consejo General nos deja bien claro que somos muchos dentistas para pocos pacientes, lo que debe suponer un nuevo aliciente para mejorar nuestra capacidad profesional, en un mundo donde la palabra competencia ha cambiado para siempre su significado.