
Los estudios demuestran que las enfermedades severas de la encía y la diabetes están interrelacionadas.
No solamente porque los diabéticos son más susceptibles a las enfermedades de las encías sino porque la enfermedad periodontal severa puede empeorar la diabetes, afectando el control de la glucemia, de ahí que la salud oral y la diabetes estén tan interrelacionadas. La diabetes hace que la sangre circule más lentamente por los vasos sanguíneos, disminuyendo el transporte de oxígeno y la retirada de productos de desecho e incrementando el riesgo de infección gingival. Del mismo modo, en los diabéticos mal controlados, los altos niveles de glucosa abonan el terreno al crecimiento bacteriano y por lo tanto la aparición de enfermedades periodontales. La enfermedad periodontal, por su parte, empeora el control de la glucemia en pacientes diabéticos al alterar la resistencia a la insulina.
Por todo ello, es de vital importancia que los pacientes diabéticos realicen visitas al dentista con una mayor periodicidad (cada 6 meses normalmente) al objeto de vigilar posibles patologías bucodentales y evitar un empeoramiento de su patología de base.